Es debido a que en 2015 tuve un ataque psicótico y fue hasta 2018 que en el segundo ataque recibí el diagnóstico de trastorno de bipolaridad y en 2021 tuve un tercero. A pesar de ello, continúo luchando por ser funcional y contribuir a la sociedad, trabajando, estudiando, apoyando a mi familia e incluso realizando labor social al dar clases en un centro comunitario. Incluso, he enfrentado discriminación en una institución donde pidieron que ya no trabajara por mi condición, a pesar de mi aporte.
¿Cuáles han sido tus logros destacados y que aprendizaje compartirías de estos?Cada día es un logro, me hago cargo de mi persona, de los gastos de mi familia (mi mamá y dos sobrinos de 17 años), destaco en docencia, coordinación y asesoría de tesis. He aprendido que hay condiciones que se pueden convertir en discapacidad psicosocial (temporal o permanente), que están invisibilizadas; se requiere sensibilización y políticas públicas que permitan la verdadera inclusión educativa, laboral, social. No somos un riesgo para la sociedad, al contrario podemos contribuir mucho más.